Tendemos a pensar que vender es un acto único, genérico y que a todos podemos acercarnos por igual. Nada mas lejos de la realidad.
Luego de años, aprendes lo que a las abuelas no costó saber: que tu experiencia no se improvisa; que mas sabe el diablo por viejo que por diablo; que no todo está escrito. Y si esto acontece en tu mundo real (el tangible, físico, el del cara a cara) qué se deja para el digital en donde pocas leyes antiguas tienen cabida aunque te digan lo contrario; que se parece; que mas de lo mismo. Falso.
Mientras tu venta física requiere planificación meticulosa -el vendedor estrella desorganizado, no informatizado, es especie en vías de extinción- implica preparación, cita previa, talonario de pedido, presentación impecable, puntualidad, inventarios, fechas exactas, transporte eficiente y post-venta, en tu cyberespacio todo luce diferente. Es el "despelote" con cara de que ahí no pasa nada raro.
En la red, el tiempo (para ti al vender) prácticamente no existe pero sobra a tu comprador -el prospecto tardará seis (6) segundos en decidir si algo tuyo le gusta o pasa a la página siguiente- ¿y cómo encajas en ello? semanas o meses preparándote; nunca encuentras al otro ni compartes con él o ella siquiera un café.
Solamente si se solidificase tu relación aspirarías a charlarle por video; sin lapsos de reflexión (¿recuerdas el "déjame pensarlo" del mundo real?). En los negocios vía internet difícilmente se delibera pues no hay manera.
Y tu oferta? tardará lo que dura un helado en la puerta de una guardería, por lo que su decisión es ahora. Cero regateo (eso es antiguo testamento) ni sopesar. Lo único sensato será tu garantía en caso de fallas. En el cyberespacio hay algo mas grave que la demanda judicial: la mala calificación del comprador seguida por cientos mas.
Por lo anterior, si deseas triunfar en ventas online, deberás ser mas capaz adentro que afuera de la internet. Porque además de conocer en detalle tu pasado comercial tendrás obligación de dominar tu futuro.
Solo así colocarás tu nombre en letras de pixeles (nada de molde), la que archivarás en la nube por si convenga recordarte.